El hombre de alabastro.




Sentía el calor en la piel mojada, como los dedos de ella resbalaban por su piel, esa dirección clara que estaba tomando ese encuentro, le agradaba.

Había habido un beso hacía poco tiempo, aún sentía el sabor de ella en su boca, un tono dulzón difícil de definir, porque no se parecía a nada de este mundo. Pero tampoco iba a intentar explicárselo a nadie.

Cerró los ojos, dejó que su aroma se mezclara con el aire, que llegara hasta él, un aroma suave, a melocotón. No sabía como era posible, pero siempre tenía ese olor, como si ella misma fuera la que lo desprendiera y no una fragancia barata que podría usar cualquiera. Pero eso lo sabía él, que ella no era cualquiera.

Sintió sobre sus labios los de ella, él los entreabrió, invitó a pasar a su lengua, a esa sensación nueva pero ya vivida, y a cada momento más deseada. Si él pudiera desear algo.

Llego otro roce, paseaba por sus hombros las yemas de sus dedos, con un ardiente deseo que casi había derretido la habitación de hielo en la que se encontraban. Y como una chispa prende ante la yesca y el pedernal, él se encendió.

Y todo fue distinto a todo, ella había gastado todo su fuego para derretir ese hielo que ella creía que era el corazón de él, ese último resquicio desconocido para ella. Pobre inocente, que confunde las estrellas con su  reflejo en el lago una noche de verano.

Pero eso no le importaba, porque no tenía porque hacerlo. Porque aquel era momento para el goce.

Escuchaba gemidos a su lado, la contracción de los músculos de ambos. Podría notar el olor a melocotón mezclado con el del sudor, la fragancia de la pasión, el sabor de su cuerpo y esa electrizante sensación que sentía cada vez que recorría con sus manos los trazos mal dibujados por la noche de el cuerpo de ella. Y hubo más sensaciones, toda una sinfonía de ellas, porque ellos sabían tocar todos los acordes del placer.

Pero el placer no dura para siempre.

Y ella intentó llegar más allá. Intentó derretir el corazón de él, esa capa externa de hielo que ella siempre había sabido que él tenía. Esa única capa que hacía que él no la amara.

Pero esa capa no existía, porque él no tenía ninguna capa, porque él no tenía ninguna coraza de hielo sobre su  corazón, porque no la necesitaba.

Porque su propio corazón era de alabastro, algo que no podría ser fundido, un material que acepta el calor con facilidad, pero que lo roba, simplemente lo hace desaparecer, corresponde con calor al frío, tan ardiente es la energía que recibe a veces que entre su lisa superficie puede notarse un ligero ardor, que duraba poco tiempo.Alabastro. El material del que está hecho él, por eso no se derretirá, pese a todo el calor que le habían dado.

Pase lo que pase, devolverá calor al calor, frío al frío. Pero nada cambiará.

Porque él no necesita un cambio.

Y la habitación es hielo de nuevo, formada por figuras de forma humana, por gente que no es cualquiera, también por ella.

Se acaricia la piel, le ha parecido sentir un último suspiro de calor, de pasión, pero todo ha pasado.

Ahora sólo puede esperar, a que alguien abra esa habitación de nuevo, condenado a cometer de nuevo el error y pecado de intentar cambiar lo que no necesita cambio.

Y él aceptará ese calor, lo robará, para sentir por unos momentos algo más que el viento gélido de sus entrañas.

Y él esperará todo el tiempo que viva. Esperando a que alguien se de cuenta de que al alabastro no se le marca con fuego, sino con cincel y hierro.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado bastante el relato, la verdad.
    Al principio va bastante bien en mi opinión, hablas de la situación, sensaciones y pensamientos del personaje sin especificaciones que pueden relacionarse con lo soez, todo muy idílico, pero luego aunque sigas hablando de lo mismo centrándote en el personaje, creo que utilizas demasiadas explicaciones. Está bien que quieras dejarlo claro, pero creo que haces mucho incapié el tema del alabastro y sus propiades físicas, que sé que te gusta mucho (xP) sin embargo pienso que es algo que hay que explicar de manera más simple. Porque al leerlo te saca de esa historia y te conduce a la realidad. Por otro lado el final, bastante bien, las explicaciones las omites y es más metafórico. Queda de nuevo más a corde con lo que engloba el relato.
    También me ha encantado el contraste del hielo y el fuego (me ha recordado a "Juego de tronos").
    Genial, simplemente, sigue así.

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  2. Pareces mi profesora de literatura. Pero gracias por el comentario constructivo.

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  3. Concuerdo con Leri sobre el final,aunque a mi lo de los detalles en general me mola bastante.
    A mi tambien me ha recordado a Juego de tronos.
    Sigue así tío, you're doing it well =)

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  4. ¿No querías un comentario de más de una linea? ahí lo tienes xP

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