Encuentro Evanescente.

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Entonces ella dijo:

-Y rompí a llorar. No pude evitarlo. Lloré. Porque así lo pedía mi alma, porque sentía un dolor en el pecho tal que terminó por desbordarme .Lloré... Y desde entonces no he podido parar.

-Vaya.... Me quedo sin palabras...-Pensó durante unos instantes- Debe de ser duro... eso de llorar.

Ella lloró aun más. Miró al robot, que rehusaba de mirarla, estaba algo asustado.

-Eh.. no llores...-Dijo mientras la miraba a los ojos por un segundo, al secarle las lágrimas. Puso una sonrisa escueta.- Dime..¿Qué se siente?

Volvió la mirada a abajo, como siempre hacía.

-No podría decirte- La voz de ella cada vez era más débil, ahogada por el llanto- Se que no podrías entenderlo....y eso...

Esas últimas palabras apenas fueron audibles. No las repitió.

-Es cierto... Vaya...aunque tenía curiosidad - Dijo él de forma inocente.- También tenía curiosidad de el porque lloras...

Ella lloró aún mas, durante unos minutos, él no la tocó, ni dijo nada, solo la dejó desahogarse. 

-No creo que debieras llorar. Eres muy bonita cuando no lloras. No me gusta que llores.-Dijo al fín.

-¿Soy muy bonita cuando no lloro?-Ella medio sonrió.

-Eres muy bonita siempre, pero este rasgo se acentúa cuando no lloras¿Entiendes?

-Entiendo....-Ella se acercó levemente al brazo de él. Lo agarró con delicadeza y se apoyó en este.

El robot también se pegó a ella, con gusto. La mimó unos instantes. Luego siguió mirando al frente.

-Ves... mucho mejor. Me pongo nervioso cuando lloras, porque no se que hacer, no entiendo la situación, y como supondrás, no estoy programado para reaccionar a cosas que no entiendo.

-Vaya, no quería ponerte en ese compromiso...-Dijo ella mirándole muy intensamente a los ojos. Él no devolvió la mirada.

-Faltaría más... si con ese compromiso tu estuvieras mejor.. pero no veo en que medida puedo ayudar yo. Que para esto te hago la misma función que una piedra...

Ella sonrió.

- No seas bobo... claro que me ayudas...

-Bueno, supongo que ninguna piedra podrá decir eso. Así que me consideraré orgulloso... y quizá importante.

-Lo eres.

-Huy. Mejoras la cosa. A veces estoy tan orgulloso de mi mismo que me creo hasta humano.-Soltó una leve risa.

Ella sonrió, de forma melancólica.

-Supongo que tengo que irme.-Dijo él, de pronto. Ella quedó desconcertada unos instantes, pero finalmente asintió, alegre, falsa.

-Es cierto.

Él se levantó, acarició la mejilla derecha de ella, dulce. 

-No llores más, no hay motivo.

Y se fue.

Él olvidó ese encuentro evanescente.

Ella lloró porque aquel robot, jamás entendería el porque de sus lágrimas.

La milana.


Hace mucho mucho tiempo, vivió el árbol más grande que jamás se ha visto, un prodigioso ser de la naturaleza que sustentaba con sus frutos a todos los animales de alrededor. Y era tal cosa, que los frutos de ese árbol, eran enormer, jugosos y sobre todo, abundantes. En tanta medida de abundancia, que nunca jamás un animal tenía que robar a otro comida. Como no, los animales por ello eran felices.

En concreto, había una pequeña milana negra, que era de los seres más afortunados de los alrededores, puesto que era de las pocos aves que conseguían llegar tan tan alto como para poder comer los frutos directamente del árbol, de donde sabían mejor. Ya que como es natural, la caida, a tan alta distancia, la fruta se espachurraba, asi que era preferible no comerla así.

Pero el pájaro, como otros, no era de corazón avaricioso y cada día, si podía, bajaba uno de los frutos en su pico, para que otros pudieran comer también de la fruta fresca. Todos realmente agradecian este hecho y ayudaban a las milanas en cuanto podían.

El caso, es que otro animal, una urraca, era incapaz de llegar, por si misma, a las alturas de ese árbol, porque sus alas no estaban tan acostumbradas a tanto vuelo, y el entrenamiento era bastante doloroso. Así que, esta era la causa del tormento del animal en esa villa de seres felices. La urraca, había podido alguna vez comer las frutas que las milanas traían, porque estas así se lo habían cedido, sin saber, que al alimentarle con la fruta deseada, alimentaban también una envidia poco sana. Y las milanas, inocentes, daban sus frutos con más frecuencia, a los animales que les era imposible alcanzar las frutas por si mismos(Con especial atención a los pobres topos, que nisiquiera ven los pobres). Así, el tiempo dió a aquel vergel felicidad, felicidad a cambio de trabajo duro, pero felicidad. Y también envidia.

Un día, tiempo después. La urraca, envenenada por la envidia, acusó a la milana de ser egoista y altiva, puesto que, según decía, repartía la comida solo par ver como los demás dependían de ella. La milana, triste por tal pensamiento, dejó incluso de volar, de traer frutas.

Todos, muy deprimidos, animaron a la milana con todo su empeño (Incluso el topo, él con más ainco incluso) y la milana un día, volvió a volar. Voló, sin rencor. Libre.

Porque nadie dice que el lugar de la milana sea la copa del árbol, junto con los manjares. Ni el que la urraca tenga que conformarse con las sobras de las frutas, roidas por la tierra y otros animales. Tan bueno y rico es este árbol, que solo uno mismo se coloca en él.

La milana vuela, porque es su deseo el fruto que ahí arriba y compartirlo. Y solo en realidad la urraca, tiene como motivación la altividez de que dependan de ella.

¿Pero sabeis? Pese a todo. Cada día, la milana vuela, vuela tan alto, que nadie más puede ver lo que ella ve, y la urraca, mira envidiosa como vuela, y por muy venenosa que esta sea. Su envidia, jamás podrá llegar tan alto como las alas de la milana.

Texto a parte/Felicidad/

Soy feliz, en secreto. Nadie debe de saberlo... ni siquiera yo debería hacerlo.

¿Qué pasó? De todo esto hace tiempo. Ya siendo más que adulto, con un un trabajo asqueroso, donde me comía la mierda tras la barra de un bar, rodeado de gente que destrozó su vida con botellas de los brebajes que yo vendo... Con una familia inexistente... a la cual doy dos besos por Navidad... y nunca más...
rodeado de nadie... las mujeres me repudiaban por ser despreciable...

¿Mis sueños? No los recordaba. Se habían escondido con las ratas de este mundo, que es un gato con las uñas bien largas.... Destrozado, olvidado el propósito en toda vida que es ser feliz, decidí plasmar en papel todo mi agobio.

Empecé a escribir, una hoja y después otra, contando historias, reales, ficticias, penas y amarguras.... sobre como soñé con un mundo mejor años, mientras me pudría en la realidad, sobre como dejé pasar el tren de la felicidad... como yo mismo cerré sus puertas. Otro en mi lugar, se habría tirado a las vías del tren, un favor a si mismo y a los demás, eso dirían todos.... yo no se, que favor al mundo pueden hacer unas tripas flotando por un andén.

Alguien se fijó un día en mis textos¿Cómo llegaron a sus manos? Sabe Dios¿Importa?

Esa persona entró un por mi garito una noche, se sentía como en casa... pero no lo estaba....¡Una mierda iba a estar! Él era una de esas personas que no era feliz por elección... porque creía que de su boca saldría poesía amarga si de sus ojos salían lágrimas... ja... la poesía amarga, sale de la amargura... no de la falsedad... ese es el problema.

Me llamó artista. Que hacía arte decía... realmente, decía muchas cosas. Sus halagos me gustaron, al principio... hasta que un buen día me dijo "Te comprendo" No, no me comprendía...¿Acaso en este mundo es posible comprender a alguien? ¿A caso no nos miramos los unos a los otros sin ver lógica ninguna en los actos de otros? Puede que solo sea yo... que soy un loco.

Más me llamaron artista. Y compraron mi arte. Lo recopilaron en un libro y lo compraron... miles de personas. Miles de personas compraron un libro... una editorial, puso precio a mis penas.... y la gente las compró... "Me siento identificado con el libro" decían ¿Cómo cojones te vas a sentir identificado si el protagonista de ese libro soy yo? Pensaba yo, pero callaba, solo firmaba otro libro, y callaba.

La tristeza aún duro, teniendo dinero, cada vez más, fama, seguidores que se sentían identificados en mi triste historia... en la triste vida ficticia que era en realidad la mía.... en su día, creía que ninguno de mis seguidores era realmente feliz, hoy, lo se.

Un día, El día. Encontré a Ella. Ojos negros, piel bien fina... y mano dura... porque me pegó una buena bofetada al verme. Ella era realmente triste... pero a diferencia de mi, que solo había conseguido con mi pena que muchos gilipollas ahora pensaran que... bueno... realmente no creo que ninguno de esos hayan pensado en su vida... la cosa es que ella... a diferencia de mi, luchaba, luchaba por ser feliz, cada día, cada hora.... me sentí la peor mierda del mundo¿Sabeis? Yo contaba una historia que era la realidad de mucha gente... y muchos que querían ser diferentes compraban esa historia... Yo estaba prostituyendo la tristeza de la gente... y la prostituía a unos niñatos insolentes...

Ella cambió las cosas....no se como fue, porque estas cosas nunca se saben. Yo la amé, la amo, y la amaré. Ella me amó, me ama, y me amará. Somos felices, yo porque la tengo a ella, ella, porque me tiene a mi... pero¿ sabéis? Ahora vivo de escribir mentiras... vivo de escribir historias tristes que no deben de pasar.... mis mentiras me amargan y me ayudan a sobrevivir... pero ella puede con todas y de nuevo estamos en el problema...

No os confundáis, yo no soy como ellos. Yo estoy encantado, de por primera vez en mi vida, ser feliz... pero estoy  triste por el mundo... me compadezco de él, me compadezco de que vivamos en un lugar donde se compran libros amargos porque nos hacen sentirnos supuestamente identificados, y luego podamos ir al cine a ver historias de amor y final feliz, que son supuestamente imposibles...

Vivo en un mundo... que es...¿Cómo decirlo? .... Hummm... .... como una bellota.

¡Eso es! Tanto tiempo, tanta gente buscando como definir simplemente al mundo... y es así de simple...

Nuestro mundo es como una bellota, amargo, y que solo sirve de comida para los cerdos.





Leyendas de la Pureza del Infierno/3/El alma.


-Todos nosotros estamos formados no solo por un cuerpo, sino por un alma, una esencia inmortal que nos acompaña de por vida y que es una pura representación de lo que somos, fuimos, o seremos...

-El cuerpo es más sencillo de hacer, cobra vida, normalmente, en el vientre de la madre... ¿Pero el alma? ¿Donde nacen las almas?

-Eso de la semillita de papá y mamá, no está del todo fuera de lugar. En algún momento de nuestra gestación, un fragmento del alma de nuestro padre se separa del alma original, uniéndose a una parte del alma de nuestra madre que ha corrido igual suerte.... Esos fragmentos, al principio diminutos, conformarán la esencia de lo que somos, y seremos. Claro que no tenemos porque parecernos a nuestros padres. Dos cosas de una naturaleza distinta, dan lugar a las cosas más variopintas. Como el sodio, que es un metal, que unido con el cloro, un gas venenoso, da lugar a la sal común y corriente.... Si, ya... perdona por el ejemplo, pero que quieres, cosas del oficio.

-En lo que iba... Esa nueva alma creada, que es lo que somos nosotros... esa nueva alma, esa semilla, germina con el paso de los años, y da lugar a un espécimen único, singular, perfecto por si mismo... que vivirá eternamente. En efecto, cuando morimos, nuestro cuerpo se deteriora, y aunque esa flor que somos cada uno también se marchita con él, deja una semilla, para que esa planta no se pierda en los confines de la historia y del tiempo. No se donde van las semillas perdidas, quizá a eso que llaman "Jardín" del Edén, de ahí su nombre, no se... pero a veces, en el cadáver de una persona, aún puede recogerse su semilla... para ser plantada en este mundo... Es algo mejor que el paraíso, seguro... 

-Por eso, aprovechando que te cuento esto, pequeña, el como se crean realmente las almas ;te pido que a mi me plantes. Si, en la parte de atrás de mi jardín, y de mi semilla saldrá una zarza, espinosa pero bonita, y esa zarza, pasará la eternidad al lado de la flor más perfecta, entre toda la perfección existente, la flor de ella... la flor de su semilla...

Entonces Aeneas rió, al ver a la niña llorar.

-Pues claro que hay sitio para ti, pero esperemos que eso nos quede lejos... siempre va a haber sitio para ti... mi pequeña, siempre.