Caminos de la vida.



Es cierto, me desasosegaba el pensar que iba en una dirección elegida más bien al azar sin objetivo preciso. Pero mejor ir hacia delante sin objetivo que sin objetivo quedarse en el mismo sitio, y con toda seguridad infinitamente mejor que retroceder sin objetivo.

Y avancé, a pesar de que tenía los ojos secos y cansados. A pesar de que las zarzas arañaban mi piel. A pesar de que mis pies sangraban, a pesar de que el camino era cada vez más difícil, a pesar de que ya no tenía nada claro, a pesar de que aún me quedaba algo importante que perder y que ya no estaba seguro de que tras este camino hubiera algo que ganar, a pesar de todo,no me detuve nunca, solo avancé.

Quizá habría sido fácil el parar, el simplemente dejarme caer allí y dejar que mi cuerpo formara parte del olvido. Pero no. Porque en algún momento recordaba el haber tenido la determinación de ir hacía allí, aunque aparentemente fuera sin motivo, y ese recuerdo era lo que me hacía dar un paso tras otro, hacía aquel destino que desconocía, por el simple placer de recorrer yo mismo mi vida.

Diría que sucedieron ciclos de noches y de días, de estaciones y de eras, pero todo eso no fue más en realidad que un segundo. Pero es que cada vez era más angosta la subida, a mis fuerzas las podían los dolores y el hambre y eso distorsionaba mi capacidad para medir el tiempo.En definitiva, era todo pura agonía y seguramente me lo habría replanteado todo si me hubiera parado a pensar. Pero como dije, nunca me paré.

Y en cierto momento vi cercano el final de todo aquello, y eso me dio fuerzas para una última carrera, dejando mi vida a la suerte y anhelando el tomar por fin una bocanada de aire fresco que aliviara del martirio de ese infierno a mis cansados pulmones. Llegué al final.

Y lo vi. Abrumador fue ver ante mi una cantidad tan perfecta de belleza, una armonía tan pura compuesta por  mi mundo y yo. Lo vi todo, vi toda esa belleza, la noté rodearme y entrar en mi... y en ese momento...lo comprendí.

Comprendí, que ninguno de nosotros, sabemos absolutamente nada de la vida.

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