Voluntad/Inocencia.


-¡Vamos!-La niña le empujó hasta despertarle -¡Esto no puede ser! ¡Que eras tu el que iba a contarme un cuento para que me durmiera!

-Uff... si... pero entre que lo estaba inventando, me he sobado.-Dijo el chico, aún soñoliento mientras se reincorporaba- Pero no te preocupes...  ya te cuento yo uno ahora.

Ella esperaba, le miraba tranquilamente, con los ojos bien abiertos. No decía nada. Pero a él le parecía que la presión sobre su ser iba haciéndose casi palpable.

-¡A tomar por el culo!-Vociferó. Puso una mueca al ver a la niña- Ya... ya, el lenguaje.... pero es que sabes que yo no tengo imaginación de esa que tu tienes, esa es una capacidad para gente importante.

-¿Para gente importante?¿Por qué?-Se interesó ella por su nuevo estatus.

-El mundo es para vosotros, que tenéis imaginación, los demás, los que vivimos en nuestra realidad, estamos en este mundo porque alguien tiene que intentar construir vuestros sueños, sino, nanai-Sentenció él, convencido.

-Anda Frey, no seas bobalicón...-La niña, melosa, abrazó a su superhéroe particular. Para ella nada era mejor que Frey, ni siquiera los más impresionantes sueños- Tu eres el más chachi pistachi del mundo mundial.

Tanta jerga infantil dejó al camorrista en blanco. Con la mirada perdida, procesando la información.

-Seh...-Apenas alcanzó a decir.

-¡Frey, carai! ¡Que es verdad lo que te digo! ¡Que los imaginativos no mentimos nunca!-La chica había tomado esa decisión, como si una ley universal fuera.

-Ni hija no, vosotros inventáis, que es mucho mejor, somos nosotros los que mentimos como perros, directamente.

-¿Por qué los perros mienten Frey?-Le puso una mirada "cuca" al preguntar.

-Pues no tengo ni idea, pregúntales a ellos; o mejor que no, porque seguramente te mientan-Asiente varias veces, suponiendo que la chica no entendería la esencia de su comentario.


-¡Pues lo miro en un libro! Yo no me quedo sin saberlo-Se indigno ella ante la posibilidad de quedarse con la duda-¿Lo habrá en algún libro, no? Mi mamá decía que todo cuanto existía estaba escrito en los libros...¿Es verdad?

-Pues no se que decirte, para cuatro libros de debo de haber leído. Supongo que los libros siempre cuentan "grandes verdades del mundo" aunque normalmente no sean de este mundo...

-¿Hay más mundos que este, Frey? Que cosa más increíble.

-Si... los hay, uno por cada persona con imaginación... ¡Y que digo uno! Por cada uno de vosotros ¡Cientos!


-¡Ualaa!¿Hay cientos de mundos para mi?-Él ya la había llamado princesa alguna vez, pero soberana mundial, era otra cosa.

-¿Para ti? -Sonrió él, tierno- Oh pequeña... para ti debería de haber miles.

-¿Y por qué?¿Por qué yo soy especial?

-¡Pues porque te lo digo yo!¿Necesitas más razón que esa?-Dijo convencido.

-No, la verdad que no. Si tu lo dices, me lo creo.-Convencida también.

Ambos se quedaron en silencio.

-Frey... ¿Aún sueñas?

Él negó.

-Entiendo....-Su voz denotaba tristeza- ¿Es por el candado que llevas al cuello?

Asiente.

-Vaya¿Me cuentas la historia de como llegó allí?

-No hay mucho que contar. Iba de allí hacía allá, bebía, fumaba, alguna pelea que otra, entre medias alguna fulana casi desconocida. Alegrías rápidas y días largos. Un pozo en mi mismo que cada vez se hizo más grande. Acabé siendo como un ser sin alma, hacía cuanto me pedía el cuerpo, nada más. Parece ser que nuestro dios, cuando te quedas sin ese regalo que él mismo te ha dado, decide que has de desaparecer. Pero como matarte sin más sería muy brusco, te pone uno de estos, y deja que te mueras poco a poco. Incluso yo, mírame, acabé con uno, como todos mis familiares, amigos. Todos.

-¿Todos vosotros os moris poco a poco?

-Yo no, tengo al voluntad suficiente como para negarme a que un frío cacho de metal me joda. Ellos hace tiempo que la palmaron. Puede que incluso veas a sus cuerpos caminar por la calle tranquilamente, como personas normales, pero si te fijas, verás que tienen las miradas vacías, porque tienen sus vidas vacías. Sin alma, no hay nada.

-Que miedo...

-Y que lo digas, parece una de tus historias.

-¡Que va! Mis historias son siempre mucho más alegres, y tienen final feliz, no como esta.

-Pero espérate mujer, que esta aún no ha acabado.

-¿Y tu crees que acabará bien tu historia?

-Yo creo que acabará, que ya es bastante. Pero hay otra historia que me intriga mucho más.

-¿Cual?

-La tuya.

-¿La mía? ¿Por qué?

-Porque es más interesante.

-¿Mas interesante?¿La mia? ¡Si tu todo el día estás haciendo cosas requetemolonas!

- Que va... hago cosas muy vistosas, pero no tienen nada de "requetemolonas". Porque yo estoy limitado a la realidad, porque mi historia tendrá un final, un final normal y corriente, sin nada de especial. Y al menos, busco hacer lo más especial posible el camino.

Ella puso una mueca.

-Pero tranquila. No te preocupes. Yo se que tu imaginarás un final perfecto para mi historia¿Verdad que lo harás?¿Verdad que será una historia perfecta?-Se quedó callado. Abrumado por un momento por una sensación desconocida- Sería... increíble, que mi historia tuviera un final de esos bonitos, que no te crees, pero deseas que hayan pasado¿Verdad qué me lo darás?

Ella le sonrió. Y él le dio a ella su destino.

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