Fronteras de lo posible.


Simplemente estaba allí. En aquel lugar.

El aire, tan frío como puro, acariciaba sus facciones con la gracilidad que solo puede poseer lo etéreo. Se sentía sola,y ciertamente estaba sola. Sola consigo misma. Una sensación tan extraña. Sabía que en ese lugar ella era el único ser viviente, pero eso no era realmente molesto, simplemente, no estaba acostumbrada. Siempre había pensado que tenía un miedo terrible a quedarse totalmente sola, pero ahora que se veía en esa situación, se alegró de estar ahí, y poder disfrutar para variar de si misma. Aspiró, refresco su cuerpo y su mente. Movió un poco los pies, que sintieron el contacto con el agua pero no se sumieron en ella. Disfrutó simplemente de la visión del armónico movimiento de las ondas del agua sobre el lugar. Hasta el horizonte, quizá también más allá. Disfruto simplemente de lo imposible.

-¿Ahora qué?-Dijo rompiendo ese infinito silencio. Dio un leve empujón con el pie al agua solo para que algunas gotas salpicaran y poder así escuchar otro sonido más.

Esperó.

-Nada. Ahora simplemente nada.-Se contestó a si misma.- Simplemente.... sentir.

Pensó en el porqué de estar allí. Pensó en infinidad de cosas que bombardearon súbitamente su mente. Pero nada. No llegó a ninguna conclusión. Hay cosas que no están echas para ser entendidas, cosas que no tienen porque, o al menos, no un porqué que quepa en nuestras mentes. A veces un lugar tan perfecto e infinito como ese podía estar en nosotros desde siempre y para siempre y  un simple concepto, la importancia real de una palabra podía escaparsenos toda la vida.No se estresó por ello. Tampoco le habría solucionado nada. Ella era de mirar la vida de forma simple, incluso cuando sabía que no había nada más complejo que el vivir, incluso en los sueños.

-Bueno...-Miró alrededor- Y esto es lo que soy yo.Todo esto, y nada más.

Ni siquiera sabía bien que quería decir eso, pero esas palabras le había brotado de los labios, espontáneamente¿Eso era ella? No veía por ninguna parte su pelo castaño, sus ojos almendrados ni su cuerpo de niña "Tendré que hacerme caso a mi misma" Se dijo. Sonrió y contempló su mundo. Durante aquellos segundos eternos, ella se vio perfectamente a si misma, vio su alma, vio su ser. Luego despertó, confundida, como los sueños confunden.

Frunció el ceño. Observó su nuevo alrededor.

-La realidad es muy aburrida-Sentenció. Poniendo morritos.- Muy muy aburrida.

Y la niña pensó, que la realidad, no es más que el comienzo de las fronteras de lo posible.

2 comentarios:

  1. Bueno, está muy bien escrito, ahora bien, me he pasado todo el tiempo esperando que pasase algo. Uno, dudo mucho, que esté alguna vez solo. Siempre está con los recuerdos, las frustraciones... y todo ello se personaliza en alguien. Cuando uno mira a alguien entonces se relaciona y surge el fuego y el interés del lector y de uno mismo. La realidad no es aburrida, está llena de gente. Muchos de ellos hasta existen.

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  2. Yo más que nada quería poner a una niña que por primera vez se percibe a si misma como ser. Evidentemente hasta ese momento nunca lo había hecho, así que no ve en si misma nada, porque aún no es consciente de nada.

    Luego, en lo de la realidad, es una cosa que piensa la niña,a costumbrada a juegos infantiles y a fantasías que en la realidad no son verdad. En el tiempo en el que dejas de creer en la fantasía y descubres el verdadero valor del mundo, hay un tiempo importante.

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